Real Oratorio
Historia del Real OratorioHistoria Artística del Real Oratorio del Caballero de Gracia
FACHADA:
La calle del Caballero de Gracia, estrecha, no ofrece la posibilidad de perspectiva. El proyecto de Villanueva lo consigue dejando exentas las columnas del pórtico y abrazadas por los dos cuerpos del edificio, dando la impresión de que es un pórtico excavado. Pero el arquitecto que inauguró las obras en 1795 no fue finalmente Villanueva, sino Pedro Arnal. Posteriormente se construyo la fachada Sur por Custodio Teodoro Moreno, que realiza entre 1828 y 1831, con fidelidad el proyecto inicial, pero introduciendo algunas variantes.
Encima de la imposta se sitúa la ventana del coro y, debajo, una interpretación en relieve de La Cena de Leonardo da Vinci, obra del escultor José Tomás.
El proyecto de fachada a la Gran Vía fue diseñado por el arquitecto Carlos Luque en 1916. Era un edificio de dos cuerpos simétricos y un gran ventanal en el centro, que daba luz a la vidriera de la Ultima Cena, realizada por Maumejean. Entre 1989 y 1991 se derribó el cuerpo central, construyendo en la parte superior una unión en arco entre los dos bloques laterales y recubriendo el ábside con piedra blanca, según proyecto del arquitecto Javier Feduchi, que más tarde proyectó y dirigió las obras de acceso por la Gran Vía.
INTERIOR DEL TEMPLO:
De estilo plenamente neoclásico, su autor traza un templo basilical que da la impresión de ser de tres naves. Solo tiene una, aunque con dos pasos laterales que por una parte permite circular sin molestar durante los cultos, y por otra, dar aire a las columnas con las que consigue la ilusión de las tres naves. Estas columnas son de una sola pieza de granito, de una gran monumentalidad.
Villanueva consigue la luz necesaria mediante una cúpula oval sobre un tambor con cuatro óculos y vidrieras emplomadas con un símbolo eucarístico.
La cabecera cierra en ábside. La bóveda de la nave central es de cañón, con casetones cuadrados – rómbicos en el ábside – con rosetas en el centro; obra de Francisco J. Meana. Los lunetos que coinciden con los intercolumnios, iluminan los cuadros, bajo los cuales antes hubo altares.
Nuestra Señora de la Perseverancia, de finales dl siglo XVI, es uno de los cuadros mas antiguos en el Oratorio, fue donación de Andrés Spínola, Congregante y Hermano Mayor de la Congregación, quien lo pone en el Oratorio en 1627. Hace juego con San Juan, también del siglo XVI, incluso en colorido; sin embargo han llegado al Oratorio en fechas y circunstancias diversas. Sus manos y el rostro están realizados con muy buen pincel. Ambos de autor anónimo.
La talla del Cristo de la Agonía, restaurada en 1941, es una obra de arte de la imaginería española. Su autor, probablemente Juan Sánchez Barba, debió tallarlo alrededor de 1650.
San Miguel Arcángel es de José López Enguídanos (1757 – 1818), y tiene ciertas resonancias barrocas. Se pintó en 1796.
Jesús y la Magdalena, de José Beretón (1747 – 1796), pintado antes del otoño de 1795. Condiscípulo de Goya, es probablemente de hechura más neoclásica de los que trabajan para el Oratorio.
Retrato del Caballero de Gracia, realizado cuando se acercaba a los cien años, por el pintor y archero de Felipe III Miguel Juan que murió en 1617, fecha aproximada del retrato. Esta situado encima del sepulcro.
San José y el Niño, firmado en 1794 por Zacarías González Velázquez, es de los mejores que se pueden contemplar en el Oratorio, Es de trazado nada tradicional, José aparece joven, Jesús adolescente.
En el Ábside, escultura de San José, donación de la condesa de Priego en 1765, y de la Inmaculada, donación anónima en el mismo año conseguida por Pedro Aparicio. Ambos del siglo XVIII, de autores desconocidos.
Vidriera de la Sagrada Cena, de la casa Maumejan. El diseño de Carlos Luque; para esta vidriera se baso en el cuadro de la última Cena de Zacarías González Velázquez, que ocupó ese lugar – con algunos intervalos – desde 1795 a 1926. Encaja perfectamente con la simbología eucarística del Oratorio y sus columnas de capiteles corintios son como una prolongación de la arquitectura del templo.
La cúpula está pintada el mismo Zacarías González Velázquez con cuatro escenas bíblicas que prefiguran las pechinas. En las cuatro pechinas Zacarías González Velázquez pintó los tres Arcángeles (San Miguel, San Gabriel y San Rafael) y el Ángel de la Guarda. En la restauración de los años 70 del pasado siglo se suprimieron por considerarlos difícilmente recuperables, pero en el 2010, a partir de bocetos originales y algunas fotografías, el pintor Boris Lugovskoy los ha podido volver a pintar.
El Real Oratorio dispone de un órgano del siglo XVIII, de transmisión mecánica, de origen norte-europeo, de gran calidad y belleza. Ha sido adquirido y restaurado en el año 2010 gracias a los donativos de diversas entidades y personas. Tiene dos teclados y pedalero, y un total de 26 registros, con 54 notas en los teclados y 30 notas en el pedal. Es uno de los órganos más representativos de Madrid. Contribuye muy eficazmente a la dignidad de las ceremonias litúrgicas del Oratorio. Es también muy adecuados para Conciertos de Música.
Información.
Original de 1790 es obra del organero holandés van Gruisen. Su recuperación para Madrid en 2011 lo convierte, tanto por su gran calidad como por ser único en su género, en un instrumento de extraordinario interés.
Descripción
DISPOSICIÓN
HOOFWERK (Manual I) – 54 notas (C-f’’’)
1. Bourdon 16’ (Violón 16’)
2. Prestant 8’ (Flautado 8’)
Historia
El órgano que se halla en Real Oratorio del Caballero de Gracia de Madrid data del siglo XVIII y procede de Holanda. Su actual emplazamiento es el tercero de su dilatada historia. Se construyó inicialmente para la iglesia de Heerenveen que fue derribada en 1968. Pasó entonces a la iglesia Marturiakerk de Assen, edificio religioso que también fue demolido en 2003. A partir de ese momento se desmontó completamente quedando almacenado en el taller del organero Steendam de Roodeschool, donde estuvo hasta su reciente adquisición.
El órgano fue fabricado por Albertus van Gruisen en el año 1790, la misma época en que fue construido el oratorio, que es obra del reputado arquitecto Juan de Villanueva. Ha tenido algunas intervenciones a lo largo de los siglos, siendo las más importantes la primera, en 1861 a cargo de L. van Dam y la última, en 1972, cuando Mense Ruiter lo adaptó al espacio suprimiendo algunas calles de la fachada y recortando su altura total.
Los trabajos de restauración, puesta a punto e instalación actual del órgano han sido encomendados al taller de organería de Luis Magaz, organero madrileño que se encarga también del mantenimiento del instrumento.
Las piezas del órgano llegaron al taller en un tráiler a mediados de 2010 y se pudo constatar entonces que, a pesar de su estado, se trataba de un instrumento magnífico. A partir de ese momento, y con el único apoyo documental de unas fotografías que se encontraron en internet, hubo que identificar y ubicar cada uno de los elementos del complejo entramado mecánico. Una vez encaminados los trabajos y el criterio a seguir, se restauraron todos los componentes y poco a poco, el órgano fue tomando forma. Igualmente se han tenido que reconstruir algunos elementos que faltaban como el fuelle, la estructura del mueble, una parte de la mecánica o el Fagot de 16′, siendo este último un acierto de precisión contenida para el pedal, que fue sugerido por el maestro organero Gerard de Graaf.
En opinión de Luis Magaz, éste es un órgano de excelente calidad y por sus características, se puede afirmar que no existe en Madrid ninguno parecido. Técnicamente es una maravilla, con los secretos construidos en madera de roble, así como los bastidores de las mecánicas y los tubos de los bajos del manual. Por otro lado, las flautas, que están elaboradas con aleaciones de alto contenido en plomo y generoso grosor de metal, son contundentes y de sonoridad intensa y dulce a la vez.
La propia historia del órgano se encontraba grabada con punzón en uno de sus tubos, hecho que se desveló durante el transcurso de los trabajos de una restauración que no ha estado exenta de curiosas anécdotas.
El efecto que produce el órgano, cuando se contempla y se escucha en el Oratorio, es de indudable belleza, hallándose en auténtica simbiosis con el templo, su acústica y su arquitectura, y creando a su vez la sensación de haber sido proyectado y construido para este mismo lugar.
Historia Artística del Real Oratorio del Caballero de Gracia
El libro sobre la HISTORIA ARTÍSTICA DEL REAL ORATORIO DEL CABALLERO DE GRACIA ha sido escrito por D. Graciliano Roscales, sacerdote, historiador y periodista que trabajó en el Real Oratorio durante 20 años. Publicado en el 2014. 260 páginas. Es una obra de consulta necesaria para todo el que desee conocer bien la arquitectura del edificio, las esculturas y las pinturas, del siglo XVII y XVIII, y algunas de nuestros días, así como las diversas restauraciones y las características del órgano. El Oratorio es reconocido como una de las obras de arte de arquitectura religiosa más importantes de Madrid. Dicha obra puede adquirirse en la Librería del Oratorio.
Recogemos aquí el contenido del libro, prácticamente en su totalidad. Agradecemos a Ernesto Estébanez el trabajo de composición de este libro.