Biografía

Apunte Breve

ORACIÓN PARA LA DEVOCIÓN PRIVADA AL CABALLERO DE GRACIA

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Caballero de Gracia, de Victor López Jurado, 2005 (recreación)

Señor Jesús, que concediste al Caballero de Gracia un gran amor a la Iglesia y a la Eucaristía que le llevó a dedicar toda su vida al servicio de la Santa Sede en misiones diplomáticas en diversos países de Europa y particularmente en España, a promover abundantes fundaciones y obras de beneficencia en favor de los más necesitados y a difundir la devoción eucarística: haz que, siguiendo su ejemplo, te adoremos y te recibamos con frecuencia en el Santísimo Sacramento, te sirvamos en nuestra vida ordinaria de trabajo y de familia, y te demos a conocer a todos los hombres. Dígnate glorificar a tu siervo Jacobo y concédeme por su intercesión el favor que te pido (pídase). Así sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria De conformidad con los decretos del Papa Urbano VIII, declaramos que en nada se pretende prevenir el juicio de la Autoridad eclesiástica, y que esta oración no tiene finalidad de culto público. (Con aprobación eclesiástica del Arzobispado de Madrid)

SUS PRIMEROS AÑOS

El Siervo de Dios Jacobo Gratij, llamado Caballero de Gracia, nació el 24 de febrero de 1517 en Módena (Italia). Sus padres eran mercaderes. La temprana muerte de los padres deja a Jacobo y a sus dos hermanas bajo la tutoría de tíos y deudos que dilapidan la herencia de sus padres. Mientras sus hermanas contraen matrimonio, Jacobo que había recibido una primera educación en el convento dominico de Módena, siendo ya adolescente es enviado a Florencia donde continúa sus estudios al tiempo que ayuda en los suyos a un joven de una de las principales familias florentinas. Un incidente en la práctica de la esgrima con el ayo del muchacho, lleva al padre de éste a enviar a Jacobo con algún dinero y cartas de recomendación a Bolonia.

Bolonia es sede de la primera universidad fundada fue en 1088 y del Colegio Español fundado en 1364 por el arzobispo de Toledo Gil de Albornoz. Allí conocerá y tendrá amistad con personajes que tendrán gran relevancia en la vida de la Iglesia. El más importante en la vida de Jacobo será Juan Bautista Castagna, futuro papa Urbano VII, del que será secretario y al que acompañará en todo momento durante treinta años. Gratij reconocerá su deuda con Castagna en su testamento al referirse a él como su amo y señor y del que fue hechura.

SECRETARIO DE JUAN BAUTISTA CASTAGNA EN ITALIA

Ambos se trasladan a Roma como colaboradores al servicio del arzobispo Girolamo Verallo, tío de Castagna, un activo jurista y diplomático. En 1551, a Verallo se le encarga presidir en París la paz de la guerra de Parma. Viaja acompañado de Castagna y Gratij, que inician así su vida diplomática.

En 1553 Castagna es nombrado arzobispo de Rossano (Calabria). Sin dejar la sede es  gobernador de varios territorios de los Estados Pontificios: Fano, Perugia y Umbria. En 1562 y 1563 residieron en Trento, asistiendo a la tercera sesión del Concilio.

SU LLEGADA A ESPAÑA

En 1565, el papa Pio IV nombró a Castagna nuncio residente en Madrid. También nombró una Comisión para entender en la causa abierta contra el arzobispo de Toledo, Bartolomé Carranza y en otros asuntos y a cuyo frente, como Legado Pontificio, estaba Ugo Boncompagni, futuro papa Gregorio XIII. Al poco tiempo, la muerte del papa Pio IV supuso la vuelta de la Comisión a Roma. En Madrid quedó Castagna al cargo de todo. Jacobo además de fiel secretario, era el mayordomo de su casa y, por tanto, de la Nunciatura. El resto de su vida estará ligado de una u otra manera a la Nunciatura.

Durante los siete años de la nunciatura de Castagna en Madrid se trataron muchos asuntos de interés común pero con diferentes puntos de vista, que a la vez solían entrañar pulsos de poder por cada parte: la causa abierta por la Inquisición contra el arzobispo Carranza acusado de luteranismo y la remisión de los autos y la persona a Roma; las revueltas en Flandes y el proyectado viaje del rey Felipe II a ese territorio; las cuestiones de jurisdicción especialmente graves en Milán y los asuntos de la Monarquía Siciliana; la aplicación de las bulas In Coena Domini; la Bula de la Cruzada; la Liga contra el Turco que culminó con la victoria en la batalla de Lepanto; la reforma de las órdenes religiosas; las rentas de las sedes vacantes.

Ciertamente, de todos estos asuntos el responsable era el nuncio. Pero el compromiso en muchos de ellos de Jacobo alcanzó altas cotas de implicación.

FELIPE II Y EL CABALLERO DE GRACIA

El aprecio de Felipe II por Castagna y por Jacobo fue repetidamente manifiesto. En agosto de 1566 nació en Valsaín la infanta Isabel Clara Eugenia. A petición de Felipe II, fue bautizada por el nuncio Castagna que acudió hasta allí con Jacobo. Por su parte, la hermana del rey, Juana de Austria, en prueba de afecto y de gratitud, obtuvo para Jacobo de su hijo, el rey Sebastián de Portugal, el hábito de Caballero de la Orden de Cristo. Sucedió esto en 1571 y bastó castellanizar su apellido para pasar a ser conocido como el Caballero de Gracia.

Poco después tuvo lugar la fundación del Carmen Calzado, suceso memorable en el que Gratij intervino decisivamente. Tal como narró en 1620 su biógrafo Alonso Remón y el 12 de abril de 1771 certificó el archivero del Convento del Carmen Calzado, en 1571 llegaron de Roma unos carmelitas con cartas del Papa y licencia de su Orden para fundar un convento en Madrid. Por entonces en Madrid estaba prohibido fundar más conventos. El Presidente del Consejo de Castilla, Inquisidor General y obispo de Sigüenza, el Cardenal Diego de Espinosa se opuso, llegando a decir que cortaría la cabeza a quien moviera una piedra sin su permiso. Ante tal respuesta, Jacobo Gratij como secretario del Nuncio levantó en una noche un prefabricado de tablas. Allí, al alba del 17 de enero de 1572, el propio Nuncio ofició Misa y dejó instalado el Santísimo Sacramento, fundando así el convento y abriendo el plazo establecido de dos años para construirlo de fábrica.

Supuso un pulso de poder entre Madrid y Roma, personificado en Espinosa, ministro de Felipe II, frente al secretario del Nuncio, fiel ejecutor de las directrices de la Santa Sede, como corrobora el que Juan Bautista Castagna oficiara Misa en las condiciones referidas. Pese a la cólera del ministro y la recriminación de Felipe II, éste le honró públicamente yendo en persona hasta el nuevo convento, al que donó muchas limosnas para su construcción en fábrica y la reliquia de una espina de la corona de Jesucristo.

VUELTA A ITALIA

En mayo de 1572 muere el papa Pio V y es elegido Ugo Buoncompagni con el nombre de Gregorio XIII que nombra nuncio en Madrid a Nicolò Ormaneto. En el otoño de ese año Castagna y Jacobo vuelven a Italia. A mediados de 1573 Castagna es nombrado nuncio en Venecia. Jacobo no va a seguir con él mucho tiempo.  Es necesario viajar a Madrid con un encargo reservado. Gregorio XIII y Castagna están de acuerdo en que es Jacobo la persona adecuada para llevarlo a cabo. Alonso Remón narra que Jacobo se excusó por no considerarse capacitado pero finalmente aceptó con dolor el dejar a quien era no solo su dueño sino también su padre y amparo, diciendo: Bendita sea la Majestad divina, que sin merecerlo yo, me ofrece tantas ocasiones para servirle en algo, y quiere que vuelva a España, para dármela por Patria, y sepultura.

JACOBO GRATIJ PROFESIONAL EN MADRID

Lo que parecía un viaje de ida y vuelta se convierte en definitivo. Alquila una casa con jardín y pozo apartada del centro, fuera de la cerca construida por Felipe II, en la calle de la Florida que ya desde los últimos años de la vida de Jacobo se llamaba calle del Caballero de Gracia como atestiguan documentos notariales y partidas de defunción parroquiales.

En Madrid, durante esta segunda etapa, desarrolla una activa vida profesional tanto al servicio de la Nunciatura como en representación de terceros. Es de destacar las dos veces que fue Abreviador, interinamente al llegar el nuncio Sega en 1577 y más tarde, con nombramiento oficial, durante la nunciatura de Pietro Millino.

Profesionalmente representó, entre otros, al marqués de Proceno, a Francisco de Silva que estaba al servicio del Cardenal – Duque de Medici y a Michele Bonelli, el Cardenal alejandrino, dominico y sobrino del papa Pio V. Defendió a su hermano Jerónimo Bonelli, caballero del hábito de Santiago y marqués de Cassano en la causa criminal que se siguió ante el Consejo de Órdenes contra éste, acusado de haber instigado el asesinato de Julio d’Adda.

En otoño de 1578, Juan Bautista Castagna llamó a Gratij para que le asistiera como secretario. El papa Gregorio XII había nombrado a Juan Bautista Castagna Legado Pontificio en la Conferencia de paz de Colonia con el cometido de estar a la mira y promover la pacificación de Flandes. Durante cerca de año y medio se ausentó Jacobo de Madrid. La Conferencia terminó sin el resultado esperado y Jacobo regresa definitivamente a Madrid a primeros del año 1580. Sobre este viaje solía decir: No hemos echado un paso en balde sino este.

TRES FUNDACIONES

Durante estos años de actividad profesional inicia  su participación en la fundación de diversas instituciones que en estos años serán de caridad y beneficencia: Hospital de los italianos, el de Convalecientes y el Colegio de Nª Sª de Loreto.

Sobre la fundación del Hospital de los Italianos dice en su testamento: digo y declaro que por haber yo movido y trazado la fundación y hospital de san Pedro y san Pablo de esta Corte que llaman de italianos… No estuvo presente en el acto jurídico de su fundación el 4 de noviembre de 1579 por coincidir con su viaje a la Conferencia de Colonia. Posteriormente formó parte de la Junta directiva como atestiguan las Actas notariales de dicha Junta.

Sobre la participación en la fundación del Hospital de Convalecientes fundado por Bernardino de Obregón, dice Alonso Remón refiriéndose a Jacobo Gratij: juntándose con algunas personas devotas, dio principio a un Hospital de Convalecientes que se fundó en la calle de san Bernardo. Esta fundación tuvo lugar en 1579, también durante su viaje a Colonia. Jacobo y Bernardino ya se conocían. En 1569, durante la nunciatura de Castagna, Bernardino fundó su Congregación bajo el patronato del Rey y la confirmación dada por el Arzobispo de Toledo y el Nuncio Apostólico.

El Colegio de Nª Sª de Loreto se fundó hacia 1585 como Patronato Real, con el auspicio de Felipe II con la finalidad de educar a niñas pobres y huérfanas. En su puesta en marcha intervinieron distintos personajes, siendo uno de los más destacados el Caballero de Gracia, quien no solo contribuyó con su aportación económica personal, sino que también participó activamente en el desarrollo del proyecto. El Caballero de Gracia declara en su testamento: haber tratado yo de traer y haber traído a esta Corte la fundación, imagen y devota memoria de nuestra Señora de Loreto, que, aunque es verdad que era mi devoción, fui alentado y mandado … por la emperatriz María, hermana del rey Felipe II, mujer de Maximiliano emperador. Y todavía añade: yo quisiera haber tenido posibilidad para que quedara más acomodado de renta y fábrica.  La talla de la Virgen de Loreto, esculpida por Giovanni Battista Montano en 1586, la bendijo y tuvo un tiempo en su oratorio el papa Sixto V. Hoy preside el retablo de la capilla del actual colegio en la calle O’Donnell.

DOS TESTIMONIOS

No todo era trabajo y obras de misericordia. Había tiempo para el esparcimiento. Su casa se convierte en un centro cultural de primera magnitud con veladas poético-musicales. Tanto el nuncio Sega como el músico Cerone describen muy bien sus dos facetas de recreación y de beneficencia.

El nuncio Sega, en 1577, refiriéndose a él, manifiesta por carta de 30 de octubre a la Santa Sede: En esta Corte vive muy honrada y religiosamente y se mueve tan bien que, si cayera en desgracia, toda la Corte lo sentiría, comenzando por el rey… No hay casa de italiano en esta Corte de tanta concurrencia y donde se pase el tiempo tan virtuosamente como se hace en la casa del Caballero, verdadero remedio de cuantos italianos padecemos pobreza en esta Corte con cuanto puede de lo suyo, y buscando limosnas de otros, procurándoles información y otros oficios semejantes de caridad, ejercitados por él con mucho afecto.

El tratadista y músico Pietro Cerone en su Tratado de Música teórica y práctica, El Melopeo y Maestro, escribe sobre el Caballero de Gracia: modenés, caballero no menos noble, virtuoso y celoso del culto divino que humilde, cortés y remediador de pobres necesitados, en cuya casa ha visto academias, como en Italia, donde se juntan cantores, tañedores y músicos para hacer ejercicios y acostumbran después a debatir sobre alguna materia musical. Insiste Cerone en que en España tales academias solo las ha visto en la casa de Caballero de Gracia y de Juan de Borja.

SACERDOTE

Con setenta años Jacobo Gratij termina su vida profesional y se ordena sacerdote. Lo será más de tres décadas. Su decisión no fue repentina, sino que se fue fraguando desde joven. En este retraso influyó principalmente la elevada consideración en que tenía al sacerdocio, del que no se estimaba digno. Más tarde, cuando Felipe II le ofrezca un obispado y una abadía, los rechazará por el mismo motivo.

Según su biógrafo Alonso Remón, que lo conoció personalmente, a partir de la ordenación sacerdotal la vida del Siervo de Dios cambia: aunque su vida hasta allí había sido tan cuerda y tan ejemplar: con todo eso empezó a dar una vuelta tan grande en todas sus acciones, que aquello poco de qué se preciaba, que era de galán, curioso, de bien hablado, bien entretenido, cercenó y quitó de ello, de modo que ya no parecía el hombre que era de antes.

Le absorbe por entero la actividad pastoral: oficiar Misa, oír confesiones, atender la capellanía de la embajada de Módena, remediar variadas necesidades, trato y dirección de un número creciente de personas, visitar Fundaciones, a la Virgen de Atocha…

Compra la casa en que vive y una contigua para construir un oratorio, que pone bajo la advocación de san José y al servicio de los fieles del barrio. Dice en su testamento de 7 de noviembre de 1615: mi voluntad es que mi iglesia se conserve para siempre jamás en el dicho barrio donde hoy está por el gran servicio de Dios nuestro Señor que de ello se sigue por la gente que la frecuenta por la distancia que hay a otras iglesias y porque en ella se conserven los santos ejercicios referidos que en ella están fundados (esto último se refiere a la Congregación del Santísimo Sacramento fundada por el mismo Gratij).

Las horas del día las divide en decir Misa, confesar, tener oración mental una hora por la mañana y otra por la tarde, ejercicio de la mortificación, atender a la Congregación de Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento. Su vida ascética externa, reflejo de su vida interior, le lleva, a pesar de la edad, a ayunar a pan y agua los lunes, miércoles y viernes. Gasta sus rentas en tres partes: una, en dar limosnas a hospitales, pobres virtuosos y doncellas huérfanas; otra, en el mantenimiento de su casa e iglesia; y la tercera, en músicos para las celebraciones religiosas en su iglesia.

MÁS FUNDACIONES

A partir de 1590 es cuando realiza sus más importantes fundaciones, sea actor necesario e imprescindible de dos conventos religiosos, o bien exclusivo promotor de una asociación eucarística. Quedó como proyecto fallido una congregación de sacerdotes.

La Santa Sede estaba interesada en la expansión de los recién fundados Clérigos Regulares Menores en territorios hispanos. Pero las autoridades eclesiásticas y civiles no lo veían conveniente al estar vigente la prohibición de  instalación de nuevas órdenes. Durante cuatro años y medio Jacobo Gratij acomodó en su casa e iglesia a los religiosos. El Caballero de Gracia luchó con ellos hasta obtener licencia para fundar. Se obtuvo al fin en 1598 y la Cédula Real de 5 de septiembre le cita nominalmente a él. Sin embargo, a los cuatro meses los religiosos se mudaron, de madrugada y sin previo aviso, a otro lugar de Madrid, dejando a Jacobo desconsolado. Fueron momentos muy duros pues el Arzobispado de Toledo pretendía apropiarse de su oratorio y casa aunque finalmente no consiguió.

Por propia iniciativa funda de hecho, aunque no de derecho, una congregación de sacerdotes que no llegó a constituirse jurídicamente. A ella perteneció el sacerdote sevillano Francisco Luque Fajardo, coadjutor del Caballero de Gracia y al que dedicó una de sus obras. Esta fallida congregación desarrolló su vida entre la salida de los Clérigos Regulares Menores y la llegada de las religiosas concepcionistas.

A principios del siglo XVII sor María de san Pablo, religiosa concepcionista franciscana, desea reformar su Orden y encuentra en el Caballero de Gracia a quién lo hace posible al cederle el uso de parte de su casa y su iglesia de san José para la nueva fundación; entraron las monjas el 5 de enero de 1604. A la muerte de Jacobo la orden de religiosas Concepcionistas Franciscanas Descalzas heredó la propiedad de sus casa e iglesia con la condición de permitir el uso de la iglesia a la Congregación de Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento fundada por Jacobo.

La principal fundación del Caballero de Gracia, y la única enteramente suya, es la Congregación de Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento. Seguramente existente como tal desde aproximadamente desde el año 1580, año en que Jacobo Gratij regresa de la Conferencia de Colonia. Comenzaría a forjarse algunos años atrás tomando como modelo a la Congregación del Santísimo Cuerpo de Cristo fundada en Roma en 1539 por fray Tommaso Stella en santa María sopra Minerva. Congregación que Jacobo debió conocer durante su estancia en Roma. Actualmente, casi 450 años después, continúa sin interrupción desde entonces. Fue aprobada por el Arzobispado de Toledo como Congregación en junio de 1609 y unos meses más tarde, el 13 de noviembre de 1609, aprobó sus Estatutos. Posteriormente, los congregantes aprobaron unas nuevas Constituciones que el papa Pablo V confirmó y aprobó con fuerza apostólica por la Bula Ex debito ministerii de 16 de julio de 1612.

La Congregación fundada por el Caballero de Gracia es una confraternidad exclusivamente sacramental, no penitencial, ni parroquial; la primera de éstas fundada en Madrid. Formada por varones y mujeres de todo el municipio, de toda situación social y con una marcada espiritualidad secular y para laicos. Dedicada al culto del Santísimo Sacramento con celebración de los primeros domingos con Misa y procesión del Santísimo con los privilegios e indulgencias de la llamada Minerva; celebración del Corpus Christi y toda su octava como el primer domingo, debiéndose realizar dichas celebraciones con gasto moderado; ejercicio diario de la oración mental y el rezo del Rosario; los viernes y en Adviento y Cuaresma se añade la práctica de la mortificación corporal de los varones;  celebración de las Cuarenta Horas los tres días de Carnaval y los días de toros; acompañamiento solemne al llevar el Santísimo Sacramento a los enfermos; Misa por los congregantes difuntos en la octava de Todos los Santos; visita y ayuda a los congregantes enfermos; y la práctica individual de atención a los necesitados de cualquier ayuda.

ESPIRITUALIDAD

Formado por los dominicos, desde joven buscó Jacobo Gratij llevar una vida de fidelidad a Jesucristo, gracias también a la cercanía de Juan Bautista Castagna y de personas relacionadas con la confraternidad del Amor de Dios. La presencia en el Concilio de Trento le ayudó a profundizar en la Eucaristía, en el Orden sacerdotal y en la reforma de vida personal. En este sentido escribió unas breves y briosas Advertencias para ejercitarse en obras que sean a Dios muy agradables y al hombre muy meritorias, de carácter espiritual y moral. La concesión del hábito de la Orden de Cristo le acercó a la regla cisterciense. En sus últimos años, su consejero espiritual fue el trinitario san Simón de Rojas.

La Eucaristía constituyó el eje de su vida sacerdotal. Tanto la Santa Misa, que celebró hasta pocos días antes de su fallecimiento, como la adoración del Santísimo Sacramento, para cuyo fomento entre los fieles fundó la ya mencionada congregación e introdujo en Madrid la práctica de las Cuarenta Horas

También ha de señalarse su gran devoción a la Virgen María y a san José, manifiestas en sus prácticas de piedad, con el Rosario en primer lugar. Su devoción a la Virgen es manifiesta en su testamento y en sus prácticas de piedad reflejadas en los ejercicios de la Congregación: celebración de festividades marianas y el rezo diario del Rosario cuyo nuevo modo de rezarlo fue introducido por él según estableció en 1569 el papa Pio V. Especialmente devoto fue de Nª Sª de Gracia. En su iglesia mandó construir y ser enterrado en la capilla de su advocación. Y escribió un soneto, publicado en 1616, a la Inmaculada Concepción de María, bajo cuyo patronazgo está la Congregación fundada por el Caballero de Gracia.

La devoción a san José queda explícita en dos puntos: es la advocación bajo la cual coloca el Caballero de Gracia a su Oratorio y que continúa en la actualidad. Y por el encargo a fray Domingo Daza de componer una Misa y Oficio de san José que para su aprobación envió a Roma.

Ambas devociones, a la Virgen y a san José, así como la ya mencionada del culto eucarístico se continúan celebrando con solemnidad hasta el día de hoy.

MUERTE Y FUNERALES

A finales del mes de abril de 1619, ya cumplidos los 102 años, sus pocas fuerzas corporales le obligaron a permanecer en cama. El día de la Ascensión se levantó para decir Misa y después, durante la acción de gracias, cayó al suelo. Fueron sus últimos días. Se le fueron, tal como dice Alonso Remón, en pedirle a Dios misericordia, y rogar por la paz y conservación de su iglesia y en satisfacer cosas más menuda, que tocaban a la gente que le había asistido y servido, a lo que dejaba al Convento de religiosas y a las limosnas que se habían de hacer a los pobres. El lunes siguiente, 13 de mayo de 1619, a las dos de la mañana falleció rodeado de algunos congregantes y en olor de santidad que permanece hasta el día de hoy con numerosos favores recibidos por su intercesión.

A sus funerales que empezaron el mismo lunes, concurrieron la mayoría de las Órdenes religiosas por propia iniciativa, y un número incalculable de madrileños. El último día ofició la Misa don Melchor de Soria y Vera, obispo titular de Troya y auxiliar de Toledo, entonces sede vacante, y dijo el sermón fúnebre fray Alonso Remón.

La mayoría de sus contemporáneos le tuvieron en gran estima. Destacaron de él su gran caridad con los más necesitados: tanto varones como mujeres, niñas huérfanas o sacerdotes pobres; su humildad que le llevó a no aceptar ser nombrado obispo; su sinceridad y veracidad por lo que no admitía las representaciones en cuadros que no fueran fidelignas; refiriéndose unas coplas castellanas escritas a su muerte a esto último: El Caballero de Gracia es el que jamás mintió… lo inanimado temía mal labrado o mal pintado porque en lo mal imitado ya mentira se decía. Y sobre todo es de destacar  su gran amor a Dios cuyo fruto material principal es la Congregación del Santísimo Sacramento. Por esto, en su testamento dice respecto al reparto de sus bienes que se aplique a la Congregación y al convento de monjas: pura y desnudamente sin algún respeto mundano solo en servicio de Dios nuestro Señor y su divino culto fundando en esta mi iglesia una memoria de misas y santos ejercicios para gloria de Dios y el beneficio espiritual de este cristiano pueblo y de esta devota vecindad y de las religiosas siervas y esposas de Dios y de su bendita Madre.

LA LEYENDA

Las disputas del gobierno de Felipe II y otros cortesanos con la Santa Sede y la defensa que Jacobo Gratij hizo de esta, así como sus intentos, en parte satisfechos, de regenerar la licenciosa vida de la Corte, le valieron insidias y calumnias. A su vez, su porte distinguido, su buen gusto, su gran iniciativa bienhechora, su promoción de conventos y hermandades, así como la edificación de su casa e iglesia, suscitaron envidias y maledicencias en algunos, que a veces cargaron de doble e innoble sentido su límpido sobrenombre.

Haciéndose eco de ellas, en la efervescencia liberal y anticatólica del siglo XIX varios escritores y periodistas en cascada, ayudados por el éxito de una zarzuela bufa, revertieron a partir de 1863 la ejemplar vida del Siervo de Dios. Lo presentaron como un libertino, seductor mujeriego, terror de padres y esposos, que tras una misión en Roma regresó arrepentido e investido sacerdote, pasando de ambicioso especulador inmobiliario a obsesivo fundador de cofradías, iglesias y conventos (sic). Grotesca descripción, carente de la más mínima base histórica, que envilece a sus autores. Lamentablemente, esto es todo lo que todavía hoy algunos creen saber o, mejor, tergiversan del Caballero de Gracia.

LEGADO

Al cabo de más de 400 años de la muerte de Jacobo Gratij su principal y exclusiva fundación, la Congregación de Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento, continúa viva y sin interrupción desde entonces. Sin que los acontecimientos sufridos a lo largo de cuatro siglos hayan modificado en su esencia, el culto al Santísimo Sacramento y la práctica de los ejercicios establecidos desde su fundación.

Desde muy pronto fueron numerosas las hermandades eucarísticas que pidieron adherirse a la fundada por el Caballero de Gracia. Uno de los artículos de las Constituciones confirmadas por la Bula papal de 1612 establece la posibilidad de establecer Congregaciones hermanas al trasladarse congregantes a vivir a otro lugar. Entre las muchas fundadas están las de Granada en 1649, en Chiapas (México) en 1677, Navas de Riofrío, Cifuentes, Córdoba, Valdepeñas en 1800.

A lo largo de estos siglos han sido muchos los congregantes y los asistentes al Oratorio del Caballero de Gracia. La mayoría son anónimos. Algunos de los conocidos: el papa Pablo V;  los reyes Felipe III y Felipe IV; sor Margarita de Austria, monja de las Descalzas Reales e hija de la emperatriz María; Lope de Vega, gran escritor; Agustín Barbosa, gran jurisconsulto; Manuel Roda, ministro de Carlos III.

Algunos de ellos han sido reconocidos santos o beatos. San Simón de Rojas, trinitario, sucesor de Jacobo Gratij al frente de la Congregación e iniciador de su proceso de beatificación en 1623; santa María Micaela cuya devoción al Santísimo se inició en el Oratorio, fundadora de las Adoratrices; san Rafael Arnaiz que frecuentó el Oratorio durante su estancia como estudiante en Madrid; santa Maravillas de Jesús, carmelita descalza, durante su juventud; san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, al llegar a Madrid. Beato Juan de Palafox, obispo de Puebla (México) y de Osma, perteneció a la Junta de la Congregación; beato Álvaro del Portillo durante sus primeros años de vida.

La proverbial caridad del Caballero de Gracia para con los difuntos, permitiendo su entierro en su Oratorio ha continuado en la actualidad, si bien con las condiciones legales establecidas. En 2018 se trasladaron hasta el Oratorio los restos, ahora ya reliquias, de la beata Guadalupe Ortiz de Landázaru.

PARA SABER MÁS

—Remón, Alonso: Vida ejemplar y muerte del Caballero de Gracia; Madrid 2009.

—Sanabria, José María – Pérez Arangüena, José Ramón: El Caballero de Gracia, Vida y leyenda; Palabra, Madrid 2016.

—Pérez Arangüena, José Ramón: El Siervo de Dios, Jacobo Gratij, Caballero de Gracia, Velar, Gorle (Bérgamo) 2022.

—Ruíz Rodríguez, José Ignacio – Nocella, Pier Luigi (dir.); Diccionario histórico, biográfico y enciclopédico del Caballero de Gracia, Sekotia, Madrid 2022.