Para seguir reflexionando sobre la conversión —primer tema propuesto para los grupos de trabajo— meditamos y comentamos la homilía del Papa sobre el Miércoles de Ceniza de este año y la del Primer Domingo de Cuaresma. Las aportaciones son estas:

  • ¿Cómo respondemos a la pregunta del Papa sobre hasta dónde somos conscientes de las tres tentaciones a las que también se vio sometido Cristo: tener, poder y orgullo? A veces es difícil ser consciente de estas tentaciones por el ritmo tan acelerado de vida, porque es “lo normal” y uno se deja llevar… Caer en las tentaciones complica la vida y sin embargo seguir a Jesús da la felicidad.
  • El ser consciente de estas tentaciones está muy relacionado con la vigilancia. Y se llega a esta vigilancia mediante la oración (“velad y orad para no caer en la tentación”). No debemos dejarnos arrastrar por la marea, aunque a veces, por quedar bien, nos dejamos llevar. Somos conscientes de que Dios nos acoge con su perdón, y a veces no nos damos cuenta de que estamos errando, de ahí la importancia de la oración.
  • La vanidad está continuamente presente en nosotros, el examen de conciencia es un buen modo de darse cuenta de ello.
  • La soberbia, el orgullo, es lo que más destroza a una persona. El soberbio no reconoce lobueno que ha recibido de Dios ni tampoco lo bueno que hay en los otros. Es autosuficiente, y por eso le es muy difícil querer a los demás. Y la soberbia se manifiesta hasta en las cosas más pequeñas. Quizás el orgullo es lo que más cercano tenemos.
  • Debemos ser humildes para vencer las tentaciones; la verdadera humildad es fuerte, es fortaleza.
  • En esta sociedad todas estas tentaciones están muy presentes: consumismo, orgullo, vanidad, todo son estímulos para ser mejor que nadie.
  • La gracia de los sacramentos es lo que te hace estar alerta frente a las tentaciones. El orgullo es en lo que el demonio nos puede tener más atrapados. Frente a esto, el examen de conciencia y la dirección espiritual es lo que nos da luz para detectarlas, incluso las más sutiles, y enfrentarlas.
  • También sucede a veces que no queremos darnos cuenta de las tentaciones. Esto es otra forma de soberbia.
  • En cuanto al tener, también debemos ser conscientes de cómo utilizamos el tiempo y cuántas veces somos egoístas por querer tener una determinada compañía… La sociedad prima el tener al ser, pero cuando te das a los demás, la satisfacción es enorme. Por tener más poder y dinero uno no es más feliz.
  • Ahora mismo hay muchos tibios, mucha gente que se dejan llevar por el buenismo pero no se compromete a nada.
  • La clave para ser realmente felices es pensar en los demás y no en uno mismo. Es importante sentirse amados para hacer el bien.
  • Cuando nos falta confianza en Dios llega la soberbia: no nos reconocemos hijos de Dios y no creemos en su amor. La siguiente reunión será el viernes 18 de marzo, a las 8 de la tarde, pero nos veremos antes, el día 4, primer viernes, en la Vela al Santísimo a las 9 de la noche.