Hoy, primer domingo de marzo y primer domingo de Cuaresma; y 5º domingo previo a San José. Por tratarse de un día litúrgico importante, comenzamos por recoger algunas ideas de la homilía.
Se comentaron las tentaciones de nuestros primeros padres, Adán y Eva y las de Nuestro
Señor Jesucristo en el desierto. El Señor se somete voluntariamente a la tentación para hacernos ver que nosotros, si somos tentados, también podemos vencer, si ponemos los medios oportunos: oración, penitencia, y por supuesto huir de toda ocasión de pecar. El Papa Francisco comenta que Satanás quiso apartar al Señor —en las tres tentaciones del desierto— del camino de la obediencia y de la humildad, porque sabe que con ellas el mal es vencido. Y en el Angelus de este mismo día recordó que no se debe dialogar con la tentación. Benedicto XVI escribió que el núcleo de toda tentación es que dejemos a Dios al margen de nuestra vida.
Adán y Eva no obedecieron al mandato que Dios les dio, no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal: es decir, un mandato que debe llevar a nuestros primeros padres a reconocer su condición de criaturas, que deben obedecer a su Dios y Señor. Se dejaron seducir por el demonio que les presenta ese mandato como una limitación a su libertad, como si Dios fuera un enemigo para ellos. Y cedieron a la tentación por el atractivo del árbol, “bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia”. El mal se presenta siempre bajo apariencia de bien en algún sentido. Pero al ceder, y comer, “se dan cuenta de que estaban desnudos”: notan enseguida el desorden en sus pasiones, han perdido la inocencia y la mirada limpia y pura. Y de otra parte, esa desnudez es también como un símbolo de que al perder a Dios han perdido todo lo importante, se han quedado sin nada. Es la falsa realidad del pecado.
Remedio: acudir a la misericordia de Dios, reconociendo nuestra culpa, como nos dice el Salmo de este domingo. Y dar gracias a Dios porque “donde abundó el delito, sobreabundó la gracia”, y Dios ha venido en nuestra ayuda enviándonos a su Hijos para que nos redima y podamos recuperar la gracia perdida, y vivir ya como hijos de Dios.
Tenemos el ejemplo de los santos. Y el sacerdote mencionó a la beata Guadalupe, y también pidió rezar por el proceso de beatificación del Caballero de Gracia.
Nuevas incorporaciones
En este domingo hemos tenido la alegría de tres nuevas incorporaciones a la Asociación Eucarística: las hermanas Pilar y Manuela, y Eva. Las correspondientes madrinas han sido Margarita, Mari Luz y Gloria. Confiamos en seguir un buen ritmo en los próximos meses.
Después de la ceremonia tuvimos un aperitivo, para celebrar las nuevas incorporaciones, en un ambiente familiar muy agradable.