Biografía

Nunciatura en España

NUNCIATURA EN ESPAÑA

Terminado Trento (4 de diciembre de 1563) Castagna fue nombrado Nuncio en España, sustituyendo a Criveri ante Felipe II. Y con él, Jacobo Gratiis como Secretario. Vienen acompañando al Cardenal de San Sixto, Ugo Boncompagni, como legado especial .. Es la primera Nunciatura estable en España, ya que Madrid acaba de constituirse en Corte en 1561, y hasta entonces los Nuncios han ido de un sitio a otro acompañando a los Reyes. Entre otros trabajos, se ocupan de mejorar las relaciones entre España y la Santa Sede, deterioradas durante el último pontificado, el de Pío IV fallecido en 1565. Otros temas importantes en los que trabajan son la posible alianza cristiana contra los turcos, y la delicada situación del arzobispo de Toledo, Bartolomé Carranza, acusado ante la Inquisición.

Pero mientras tanto, Jacobo había tenido un primer contacto grato con el pueblo español, que le hizo exclamar:”¡O, que buena tierra para mi gusto y mis inclinaciones, que todas son a celebrar las fiestas de Dios y de su Madre y de sus santos, con júbilo y gozo, con música y solemnidad! ¡Con que alegría viviera y muriera yo en esta provincia si fuera natural de ella!” . La prueba de la verdad de estas palabras estará en el hecho de que a partir de 1565 y hasta su muerte en 1619, únicamente faltará de Madrid unos siete años, de 1572 a 1580, con algunos viajes entre ambos límites.

De los años como Secretario del Nuncio sólo cabe decir que mantuvo relaciones de alto nivel, haciendo amistades que le situarán en lugar destacado, por ejemplo, la que mantuvo con la princesa Juana, hermana de Felipe II y madre del rey Sebastián de Portugal. Fruto de esta relación quizá sea el hecho de que el Caballero alcance tal nombre -más que por la gallardía o el aire cortesano-, pues la infanta fue la que le consiguió ser Caballero del Hábito de la Orden de Cristo, de especial importancia en el país hermano. Añadamos el grado de “confianza” adquirida con Felipe II a lo largo de ese tiempo, y con su hija preferida -Isabel Clara Eugenia-, además de con muchos de los nobles, de los soldados, de los funcionarios, de los artistas y literatos.

Pero en septiembre de 1572 Gregorio XIII llama a Gian Battista a Roma, quien, con su Secretario, debe emprender el viaje, dejando ambos tras de sí una estela de simpatía y amistad. Roscales, en nota, nos transcribe las palabras que dice Pastor: “muy de mala gana vio partir Felipe II al prudente y moderado Nuncio” .